Tras
seis meses en casa, volví a la oficina esta semana. Me han cambiado de
edificio, ahora estoy en uno mucho más tranquilo, donde no hay conferencias ni
otros eventos, solo personal de la plantilla que trabaja en casa la mayor parte del tiempo. Mi
puesto está en un despacho pequeñito en el que no cabe nada más que una mesa,
dos estanterías y yo. Quizás traiga una planta, para ella sí hay sitio. La
gloria. Volver ha sido una maravilla, quién lo iba a decir. Y aunque no vendré
todos los días por razones evidentes, venir a este espacio será como llegar a
un refugio en el que recuperar por un instante la normalidad.
El
primer día tuve un poco de jaleo. Vaciar cajas, organizar mis cosas, limpiar
(siempre hay algo que limpiar, no por la covid-19), hacer una copia de la llave de
la puerta, intentar resolver problemas técnicos, deambular por edificios vacíos
buscando soluciones, aprender las nuevas normas… Las horas volaron. Pero
también tiene su lado extraño y triste: igual que cuando en junio acudí a preparar
la mudanza,
sé que esta soledad y esta tranquilidad es por lo que es.
Para poder ir a la oficina, sea cuando sea, cada
mañana tengo que hacer una autoevaluación de mi estado de salud y responder a
unas preguntas para activar mi pasaporte sanitario. Sin
ese pasaporte no puedo entrar en ningún edificio. De hecho, tengo que llevarlo
siempre conmigo y enseñarlo en la puerta de los edificios donde no hay acceso
con tarjeta (aunque cada vez quedan menos edificios así). Se supone que no
podemos usar los microondas, así que debería empezar a mirar recetas de comidas
frías para variar la típica ensalada. Y evito usar el
ascensor,
así que espero que de tanto subir y
bajar los cuatro pisos, recupere la forma perdida desde marzo, aunque no baje
de peso. Afortunadamente, no tengo que preocuparme de la limpieza (aunque llevé un limpiador desinfectante por si acaso) porque Raquel será la chica de la limpieza de las tardes. Coincidí con ella en los tiempos del neozulo, trabajadora y
buena persona, con ella se puede ser estar tranquila, es la mejor.
Me
encanta la soledad, pero no estaré tan sola como parece. En la planta de abajo
está el puesto de la Rotten. Ella tampoco irá todos los días, pero me da en la
nariz que va a dejarse caer por allí los días que vaya yo. Ahora está más
tranquila con el tema de las pulgas, quizás porque tiene otros muchos problemas,
pero está desquiciadísima por todo lo demás (yo la llevaría a hacer terapia de cabeza
porque no vive ni descansa y en su casa ni deja vivir ni deja descansar).
Estaba
todo tan vacío tan vacío que no hay mucho más que contar. Todo sobre lo que hay
que hablar en ese primer día es triste y, aunque no me gusta vivir en una
burbuja, hay temporadas en que estoy saturada y la situación me supera. Y ahora
es ese momento. Así que dejé el chiringuito cerrado sin saber si voy a poder
volver pronto, todo dependerá de los números.
Tiempos de teletrabajo. Por ese nuevo lugar, que te sientas cómoda y la planta se desarrolle estupendamente.
ResponderEliminarUn abrazo, y hale, a seguir con este virus que se está haciendo crónico. :-)
Qué bien lo has descrito Albada. Tenía la esperanza de que con el calor se debilitara, pero nada, aquí sigue y debemos acostumbrarnos a que estará con nosotros un tiempo, a saber cuánto.
Eliminarespero devolverte la visita pronto, ya me estoy poniendo al día. :)
Un beso.
lo positivo es que van avanzando, acá en sudamérica ni soñamos eso... ya nos contarás como evoluciona todo, saludos
ResponderEliminarHola, JLO! Leí que en Argentina había una situación difícil. Y en otros países quizás aún peor. Es desolador. Y la cosa es que (evidentemente) no se ve. Voy por la calle y si no fuera porque la gran mayoría de la gente lleva mascarilla, parece que nada ha cambiado. Es decir, hay más distancia en las terrazas, las colas de hacen de otra manera, están los geles, etc. pero no se ve aquello contra lo que luchamos y eso me desconcierta. Ten por seguro que seguiré escribiendo. Puede que hasta vuelva a eliminar los límites marcados por mi oficina. Y te digo lo mismo que a Albada, espero visitarte pronto.
EliminarUn saludo.
No se si sos de Madrid pero dicen que hay mucho rebrote ahí. Nosotros no salimos de la primer etapa! ja
EliminarSí, sobre todo ciertos barrios de Madrid capital y algunas ciudades de los alrededores están regular. Hoy no leí muchas noticias, pero parece que ya no descartan confinar esas zonas. Son sobre todo barrios humildes, con mucha inmigración, así que además de estar muy poblados, viven muchas personas en casas pequeñas y no tienen tantos medios para protegerse.
EliminarMe llama la atención una cosa: ¿tan agobiada estabas en tu tierra que volver ha sido una maravilla???? Pobriña...
ResponderEliminarBueno, estaré al tanto de tus andanzas ya que no hemos hecho el churrasco, grrr.
Un abrazote!
Ay, no, aquello no era una maravilla, era una MARAVILLA y me quedo corta, encima en un sitio en el que apenas hay virus. Pero aun así, trabajar en casa para mí es un asco, sea cual sea la casa. :(
EliminarAdemás del churrasco, te debo visita. Aún estoy poniendo al día de vuestras entradas.
Besos.
A mí me gustaría un ambiente así para el trabajo, tranquilo, poco concurrido, con los compañeros difíciles como la Rotten en otra planta o poco accesibles. Esta situación no va a seguir así. Hemos pasado ya más de seis meses y han ido rápido. No queda tanto tiempo para las vacunas. Aún así ten cuidado con las bajadas de temperaturas. En dos meses la gripe, el coronavirus y la inmunidad débil nos pueden acorralar. Toma jengibre que dicen que es bueno para nuestro sistema inmunológico. Y evita el estrés. ¡Feliz regreso! Un abrazo
ResponderEliminarNo sabía que el jengibre era bueno para el sistema inmunológico. Me gusta mucho. En invierno siempre lo tengo en casa porque va muy bien para la garganta.
EliminarEs una maravilla trabajar ahí. Aunque no esté sola, siento que estoy sola. Eso sí, la Rotten está en la planta de abajo pero sube continuamente a verme. Menos mal que en principio solo irá un día, siempre me queda el otro para disfrutar.
Un abrazo.
Volvisteee, qué rico hayas podido recargar baterías.
ResponderEliminarQué mal lo de las comidas frías, leerte me da una buena ventana de cómo se vendrá el retorno a las cosas aquí, donde estamos también volviendo atrás.
Espero esta vuelta a lo laboral te vaya bien, podrías subir fotos de tu oficinita, uno se la imagina, pero sería interesante verla y con la planta obvio.
Un abrazo,
Hola, Noc! Volví.Tú eres uno de los que me queda por visitar para ponerme al día. :)
EliminarEn cuanto tenga la planta, hago foto y la pongo en una entrada. No es nada del otro mundo, pero al menos estoy sola.
Un abrazo.