Uno de los problemas de nuestro tiempo es la violencia de género. Y digo de nuestro tiempo porque sabéis que durante años fue considerado un tema del matrimonio y nadie hacía nada al respecto, es más, en algunas épocas se fomentaba el castigo de la mujer. Es ahora cuando lo consideramos un problema, ha dejado de ser un tabú y se les da apoyo a las víctimas.
Esta violencia puede ejercerse de muchas maneras, una de
ellas es el maltrato psicológico. A veces, la víctima que lo sufre está
convencida de que nadie la va a creer porque no es algo visible ni medible. Se
pregunta cómo van a comprobar que el agresor la insulta, la aísla, le hace luz
de gas, la destruye poco a poco retorciendo su mente hasta hacerla pedazos
y que acabe considerándose basura.
Otra de las consecuencias del maltrato es que la víctima
llega a normalizarlo. Asume, y así lo expresa en conversaciones de manera
natural, que lo que le pasa es lo habitual en una pareja heterosexual, que
todos los hombres se comportan igual que su agresor y que todas las mujeres
sufrimos lo mismo que ella.