Esta va a ser una entrada corta. A continuación podréis ver
un vídeo que grabé en el tren hace unos días. Se trata de una de esas actuaciones
estelares en el transporte público. Con esta al menos nos echamos unas risas
casi todos (excepto la rubia que está de frente, a esa le molestaba profundamente).
Hasta le di una moneda. Quería haberle dado una de veinte céntimos o cincuenta,
que mi cartera no está para despilfarros, pero sólo tenía de uno y dos euros.
Al final le di de uno y, a voz en grito y con micrófono, el artista me dio las
gracias de la manera más sutil que pudo: “Muchas gracias. Qué generosidad de tu
parte, que la fortuna venga a ti por tu generosidad”. Era Jekyll quien viajaba
en ese tren y fue Jekyll la que se hundió en el asiento deseando que la tierra
la tragase y que nadie la mirase.
La calidad es terrible, el tren se menea que da gusto. No sé
si los retoquillos de novata (los de Youtube por defecto, vamos) habrán servido
para algo. Y como no grabo nunca, no sé qué hice que casi todo el vídeo está
sin sonido. Espero que al menos sirva de muestra de lo que nos encontramos por
ahí.