Hace una semana terminé uno de los proyectos que tenía
abiertos. Estoy segura de que el resultado será positivo, tanto mi compañera
como yo trabajamos muchísimo durante seis meses para sacarlo adelante y estamos
muy contentas con el resultado. Por ello, para celebrarlo, porque nos lo merecíamos,
nos fuimos a comer.
Desde el principio conectamos muy bien. Paula es muy
extrovertida, simpática, trata con mucho cariño a todos los que tiene
alrededor. En nuestras reuniones hablamos de otras cosas además de trabajo y
descubrimos que tenemos muchas cosas en común. Ahora que terminamos es probable
que no nos veamos mucho. En los próximos meses todavía tendremos contacto
porque le debo unos papeles, luego vendrá la carta de aprobación y ella me
enviará una copia para nuestros archivos. Trabajamos en edificios diferentes,
tenemos actividades diferentes e, igual que no veo a David,
tampoco la veré a ella. ¡Y David trabaja más cerca! Probablemente en otras
circunstancias, llegaríamos a ser amigas aun siendo compañeras de trabajo. Si el
proyecto hubiera sido más largo, podría haber surgido una amistad, una de esas
en las que cuando dejas de verte en el trabajo, sigues en contacto con la persona. Algunas
relaciones amorosas no llegan a empezar, algunas de amistad tampoco.