Sábado 13 de junio de
2020
Llamada de un teléfono desconocido, pero no sé por qué
decidí contestar, aunque estaba a punto de conectarme a la sesión de
conversación en inglés. Era de mi banco para notificarme que habían detectado
una conexión en mi cuenta de cliente que podría ser fraudulenta. Y se me
encendió una luz. En vez de dejar que la persona hiciera las preguntas, tomé
las riendas de la conversación y empecé el interrogatorio.
Desde hace ya un tiempo utilizo una VPN para conectarme a
internet porque me preocupa un pelín mi privacidad, pero a muchas páginas y
servicios no les gustan las VPNs precisamente porque no pueden controlar al
usuario. Por ejemplo, Origin me obliga a apagarla para instalar las
actualizaciones; la búsqueda en Google presenta captchas y verificaciones
interminables; Netflix web da error con casi todos los servidores y, por no comenzar
una investigación, a veces sucumbo y me conecto sin ella; y HBO no funciona en
el móvil, aunque da un poco igual porque tampoco puedo utilizarla si quiero
enviar la reproducción, de la app que sea, a Chromecast.