WORL BANK, de Marco Verch |
A pesar
de que siempre me estoy quejando de aspectos de mi trabajo, la vida aquí no es
del todo mala. Además, mis críticas son constructivas, otra cosa es que las
mencione en el blog o que les hagan caso cuando puedo opinar en la empresa. Los
sueldos de las escalas bajas no son tan mierda como en otros sitios, no
fichamos (aunque a mí me encantaría a pesar de los retrasos del tren), tenemos vacaciones bastante
más largas que la media, siete días de libre disposición y cierta estabilidad.
Y dependiendo del jefe/a que tengas, puedes llevar una existencia hasta
agradable. El problema de esto es que la gente se acomoda, se asienta en su
propia felicidad, ignora lo que hay fuera y, cuando se cuece un problema, en
vez de encararlo para cortarlo de raíz, se intenta tapar o poner parches para
que parezca que todo sigue igual de “perfecto”.
Entonces explota y todo el mundo se da cuenta de que en la Ciudad Esmeralda,
las cosas son blancas y no verdes.